El lustre y la belleza corporal, la constitución física, las actividades y las cualidades de las personas dependen de la ley de la causa y el efecto.
La belleza material de una persona es una ilusión, porque, a decir verdad, el cuerpo está hecho de tierra, agua, fuego, aire, etc. Pero, como la chispa vivientes se asocia con la materia, ésta parece ser hermosa. A nadie lo atrae una muñeca de barro, aunque esté hecha de la manera más perfecta para atraer la atención de los demás. El cuerpo muerto no tiene belleza alguna, ya que nadie aceptaría el cadáver de una supuesta mujer hermosa. Por lo tanto, se concluye que la chispa espiritual es hermosa, y en virtud de la belleza del alma a uno lo atrae la belleza del cuerpo externo. La sabiduría védica nos prohibe, pues, dejarnos atraer por la belleza falsa.
La gordura, la delgadez, los sufrimientos del cuerpo y de la mente, la sed, el hambre, el miedo, las disputas, los deseos de felicidad material, la vejez, el sueño, el apego a las posesiones materiales, la ira, la lamentación, la ilusión y la identificación del cuerpo con el ser no son más que transformaciones de la cubierta material del alma espiritual. Todas esas cosas afectan a la persona que está absorta en el concepto material del cuerpo.
.
.
0 comments:
Post a Comment